Mascarillas obligatorias, lo teníamos olvidado
Pues sí, desde el día 10 a mediodía las mascarillas son obligatorias en hospitales y centros de salud de toda España, pero no en centros socio-sanitarios, y recomendables en aglomeraciones y farmacias. Al margen de la curiosidad que me genera que las mascarillas no sean obligatorias en las residencias de mayores, el colectivo más vulnerable a las infecciones respiratorias, me vuelve a causar sensación que todo quede encuadrado en las disputas políticas e ideológicas.
Todo el mundo es capaz de encontrar expertos que defiendan tanto la obligación, como la recomendación y nunca obligación. Nos vuelven a bombardear de nuevo con posiciones contrapuestas, seguramente para que tomemos partido, o A o B, o conmigo o contra mí. Y volvemos a la lucha dialéctica y moral sobre la libertad individual, el colectivismo, la prohibición, la obligación… ¡Si hasta hemos vuelto a ver al querido y odiado epidemiólogo Fernando Simón!
Y qué más da, diría la canción. ¿Tan problemático es ponerse mascarillas? ¿Tan problemático es no ponerse mascarillas? No quiero oír a ningún experto opinar sobre estas cuestiones, todos van a llevar razón. Seguramente nos falta algo de cultura japonesa sobre el respeto a los demás, sobre todo a los mayores, pero es que no somos japoneses. Debemos vivir como somos, pero no como quieren las ideologías que seamos. Sólo falta que volvamos al debate de vacunas sí, que te salvan, vacunas no, que llevan chips, no están probadas… Si algún día, y no caerá esa breva, consiguen una vacuna contra el cáncer, será curioso escuchar opiniones.
Y digo yo, no podrían callarse todos y sólo actuar. No podrían buscar el bienestar en beneficio de todos. Pues se ve que no, les interesa a todos que estemos más pendientes de lo que dicen que de lo que hacen. Y la culpa es nuestra, porque nos dejamos manipular, nos dejamos que nos obliguen a escoger equipo, aunque no queramos jugar.